Atajos Para San Antonio De Padua Oracion Que Solo unos pocos Conocen

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Los autores modernos fijan entre los años 1188 y 1191 el nacimiento de San Antonio de Padua. Según el más antiguo biógrafo, nació en Lisboa en una vivienda que poseían sus progenitores cerca y al norte de la catedral, en cuyo baptisterio recibió las aguas bautismales a los ocho días de su nacimiento, imponiéndosele el nombre de Fernando. Al notar venir a su padre, entonces los mandó silenciar.

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Oración A San Antonio De Padua

Asimismo válido para el dinero y las cosas perdidas. haz que recoja de su gaveta el cariño verdaderoque los dos nos entregábamos cada día. Pero ajeno de esas tradiciones, San Antonio es un santurrón bondadoso que ayuda a apoderarse y a localizar pareja, así como casarse o mantener en buena salud el matrimonio.

Ve a la cesta para conseguir más información. Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y enseñarle propaganda relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si prosigue navegando, consideramos que admite su empleo. Puede mudar la configuración u obtener más información aqui. Dios todopoderoso y eterno, tú que has dado a tu pueblo en la persona de san Antonio de Padua un predicador insigne y un intercesor poderoso, concédenos continuar fielmente los principios de la vida cristiana, a fin de que merezcamos tenerte como asegurador en todas y cada una de las adversidades.

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Un poderoso intercesor en todo momento. Muchas son las personas durante los siglos que han acudido a este Beato con entera fe y seguridad, alcanzando favores milagrosos, ciertos imposibles de argumentar para la ciencia. Siempre está presto a prestar respuestas prodigiosas a las frases de los fieles que le invocan con gran fe. La oración a San Antonio de Padua que nunca falla actúa mediante el poder de la fe, la confianza en Dios y la perseverancia. Recordemos que Dios está presto a escucharnos siempre y en todo momento y abre su corazón misericordioso al que acude a con fe, con un corazón humilde y contrito.

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Sus años de juventud transcurrieron en el seno de la familia, convertido en el hechizo de sus progenitores, por ser el primogénito y por mostrarse dotado de índole buena, probidad y también integridad de prácticas. Desde su más tierna edad profesó una particular devoción hacia la Virgen Santísima, a la que se consagró y escogió por institutriz, guía y sostén de su vida y muerte. El historiador Surio afirma de que visitaba de forma frecuente las iglesias y monasterios de la ciudad y que era compasivo con los pobres, a quienes socorría en sus necesidades.

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La tradición popular para las causas desesperadas habla de rezar a Santa Rita de Casia, la de ‘lo que se da no se quita’, y asimismo a Santa Filomena, San Gregorio Taumaturgo y San Judas Tadeo. A San Pantaleón se le reza en el momento en que hay problemas médicos, y a San Mateo se le solicita prosperidad en el negocio. A San Cayetano se le suplica para que no falte comida a la familia, y a San Pancracio, para encontrar trabajo. En un caso así, aparte de los rezos al santo la multitud se acuerda de Cupido o de Karina con sus ‘flechas. Hablamos de elegir una fórmula o múltiples. Oh dulce y apasionado San Antonio, cuyo corazón siempre y en todo momento estuvo lleno de simpatía humana, murmura mi solicitud a los oídos del dulce Niño Jesús, que amaba estar entre tus brazos. La gratitud de mi corazón será por siempre tuya.

La virtud se robustece en la adversidad, y, lejos de escandalizarse por la conducta equívoca de ciertos prohombres del monasterio, se impuso una vida más intensa de espiritualidad. Sin embargo, en más de una ocasión soñó en la posibilidad de abrazar otro género de vida más perfecto y más al abrigo del mundanal estruendos. Un par de años moró el Santurrón en el monasterio de San Vicente, hasta el momento en que, a causa de las frecuentes visitas de familiares y amigos que le impedían la paz y recogimiento, decidió soliciar su traslado a la casa madre de Coimbra, en donde ingresó a los diecisiete años de edad. Aquí llevó una vida tan fervorosa que los antiguos biógrafos afirman que en este tiempo escaló Fernando las cumbres de la santidad. Al intenso trabajo espiritual acompañaba siempre el estudio, que consideraba como complemento y perfección de su vida de piedad. Si bien muy amplios, sus estudios tendían de forma exclusiva al conocimiento más perfecto de la Sagrada Escritura. , entrando en religión, dentro de la Orden de San Agustín, a los quince años.

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