Detalle a detalle sobre San Judas Tadeo Oracion

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Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Admito que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la re­su­rrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Apóstol gloriosí­simo de Nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS, hazme sentir tu vigorosa intercesión calmando la gravísima necesidad en que me encuentro. San Judas, apóstol de la clemencia y reconciliación, ayúdanos a perdonarnos unos a otros.

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Oraciones De San Judas Tadeo

La Parroquia de san Nicolás se alegra con los progenitores que quieren bautizar a sus hijos y se pone a su disposición para ordenar la celebración con la preparación, dignidad y decoro debidos. A tal fin los padres que deseen bautizar a su hijo/a conviene que se pongan en contacto con la Oficina Parroquial donde se les atenderá y también notificará de los detalles. Cada miércoles se concentran en esta iglesia cientos de personas para soliciar la intercesión de San Judas Tadeo en la resolución de sus inconvenientes y, en datas cercanas a la Navidad, para arrimar sus décimos de lotería al beato. Es tal la afluencia de público, que la iglesia ha ampliado su horario para ese día de la semana. Consígueme del Señor que, detestando todo temor, sepa ofrecer testimonio de Cristo frente a los hombres. Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, verdadero familiar de Jesús y María según la carne, recurro a ti, en tanto que bien sé de tu gran dignidad y poder ante el Corazón Divino de Jesús. A través de este Corazón Divino alabo y bendigo a Dios por todas las gracias de las que me ha colmado.

San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso, deseo honrarte con particular devoción. Te acojo como mi patrón y asegurador. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis intereses espirituales y temporales y además los de mi familia. Te consagro mi mente a fin de que en todo proceda a la luz de la fe; mi corazón a fin de que lo guardes puro y lleno de amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, esté siempre y en todo momento unida a la intención de Dios. Te suplico me asistas a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones eludiendo todas las ocasiones de pecado. Obtenme la gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las obligaciones de mi estado de vida y entrenar las virtudes primordiales para salvarme.

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Es la forma —por así decir— más cómoda o más práctica de garantizar que se coloque la Misa de manera frecuente por uno o por numerosos finados. Existen muchas familias que de esta manera lo hacen, y de esta forma se despreocupan de estar atentos de hacer el encargo en cada ocasión. También se puede encargar la aplicación de una Misa “mensual o fija” con intención por los vivos (por una necesidad, o en acción de gracias por beneficios recibidos, etcétera.). Esta es la manera más óptima de asegurar que se coloque la Misa de forma habitual por una intención determinada. Los contrayentes van a ser informados de la ofrenda establecida todos los años y al reservar formalmente una fecha, dejarán una cantidad como señal.

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Alabad al Señor en su santuario; alabadle en su augusto firmamento. Bendito eres en el firmamento del cielo, y loable y glorioso por siempre y en todo momento. Bendecid al Señor, todos los animales y ganados; bendecid, hijos de los hombres, al Señor. Bendecid al Señor, ballenas y todo lo que vive en el mar; todas y cada una de las aves del cielo, bendecid al Señor. Bendecid al Señor, sol y luna; estrellas del cielo, bendecid al Señor.

Señor, hazme atento en la oración, sobrio en la comida, constante en el trabajo, estable en los propósitos. Concédeme, Dios de bondad, amor a ti, odio a mí, celo por el prójimo y desprecio a lo mundano. ¡Oh mi piadoso Señor Jesucristo! pecador, sin presumir de mis méritos, sino más bien confiando en tu bondad y misericordia, temo y vacilo al acercarme a la mesa de tu dulcísimo convite, ya que tengo el cuerpo y el alma manchados por muchos errores, y no he guardado con prudencia mis pensamientos y mi lengua. Oh Padre amantísimo, concédeme contemplar eternamente a tu querido Hijo, a quien, bajo el velo de la fe, me sugiero recibir en este momento. Pues acompañar deseo en la Cruz, donde le veo, tu corazón compasivo. Y, pues a quererle me anime, en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.

Para que antes de la desaparición puedan dignamente recibir los Santurrones Sacramentos y la total remisión de sus culpas, te rogamos, óyenos. A fin de que Dios, por tus méritos se digne transformar a los herejes y a los infieles a la auténtica fe, te suplicamos óyenos. Te solicitamos que supliques por los Príncipes cristianos, a fin de que velen con celo y perseverancia por la fe católica, te rogamos óyenos.

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