La muerte de Cura De Ars

2018-11-08

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Tras una enternecedora despedida de su buen padre y pastor, el Santurrón Cura por el momento no pensó más que en fallecer. El viernes 29 de julio de 1859 se sintió indispuesto. Pero bajó, como siempre y en todo momento, a la iglesia a la una de la madrugada. Sin embargo, no ha podido soportar toda la mañana en el confesonario y hubo de salir a tomar un poquito de aire. Antes del catecismo de las once pidió un poco de vino, sorbió unas gotas derramadas en la palma de su mano y subió al púlpito.

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Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración. Ahora, la comunidad de Twitter ha comenzado a sacar todo tipo de nombres entre aquéllos que destacaba el de Fernando Simón. Si consultamos diferentes imágenes del cura, el semejante con el médico cambia dependiendo de la persona que retrató al patrón de los párrocos. Sin embargo, en la imagen compartida por el delegado de comunicación de la Diócesis de Málaga, el similar entre ambos es más que visible. El Beato Cura de Ars se dedicó a la conversión de su parroquia con todas sus fuerzas, insistiendo por encima de todas las cosas en la capacitación cristiana del pueblo que le había sido confiado.

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Semblanza de Juan María Vianney, un sacerdote de aldea que, ofreciendo amor y esperanza, se transformó en apóstol de las muchedumbres. Su vida es testimonio de la sencillez de corazón, de la generosidad del alma y de la libertad del espíritu. Este apasionante libro proporciona a los que no conocen o conocen mal la vida de san Juan María Vianney una visión impactante. La autora devuelve al Cura de Ars toda la consistencia de su arraigo humano.

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Su primera comunión la debe de llevar a cabo en otro pueblo, distinto del de el, Ecully, en un salón con las ventanas cuidadosamente cerradas, a fin de que nada se trasluzca al exterior. Pero transmorma el espíritu de ciertos hombres –los que libremente le dejan y quieren-, y actúa en ellos. Juan María Vianney –el Cura de Ars- fue uno de esos hombres que Dios transformó.\\r\\nConociendo la vida de los beatos, uno conoce a Dios. Pero procuró por todos los medios, en la predicación y con consejos persuasivos, que sus parroquianos redescubriesen el significado y la belleza de la Penitencia sacramental, mostrándola como una íntima exigencia de la presencia eucarística. Este año quiere ayudar a promover el compromiso de renovación interior de todos y cada uno de los sacerdotes, a fin de que su testimonio evangélico en el planeta de hoy sea más profundo y también incisivo, y se concluirá en la misma solemnidad de 2010.

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De esta manera, sin habérselo propuesto, Juan María será desertor. El contraste entre lo uno y lo otro, la facilidad externa de la vida y la prodigiosa popularidad del personaje principal nos detallan la inmensa hondura que esa sencilla vida encierra. Ars tiene el día de hoy 370 habitantes, poco aproximadamente los que tenía en tiempos del Santo Cura.

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