Lo que No Sabes acerca Frases De San Juan De La Cruz

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Si bien logra huir, su mente infantil se sitúa en la misma tesitura que Jonás, recluído en el vientre de la ballena.San Juan de la Cruz se mostraba escéptico con los milagros, pero sabía que el mal era algo muy real. La narración de Jonás ilustra la fragilidad humana, expuesta siempre y en todo momento al pecado y al poder de las tinieblas. El fraile Juan de la Cruz compartirá la fortuna de Jonás. El pequeño Juan comenzará su trayectoria eclesiástica, ejercitando de monaguillo y recadero de monjas. Delgadillo, muy moreno, con las manos frágiles y la mente incendiada por ensoñaciones, se amoldará sin problemas a cuidar a los enfermos del Hospital de Nuestra Señora de la Concepción, despilfarrando alegría y inocencia.

No va a sentir asco ni temor, recogiendo en jofainas los vómitos y la sangre, pero más que nada escuchará, consolará y sostendrá las manos de los que esperan a la muerte. Su elegancia impresionará a todos. Por las noches, lejos de descansar, va a leer a la luz de una candela. Fascinado por la luz, su vocación religiosa medrará.

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San Juan de la Cruz, probablemente tan «escuchante» como buen respondedor, nos ha dejado una letanía de aforismos y oraciones cortas cargadas de doctrina «importante y sólida» y caracterizadas por la brevedad. Dios es la luz por antonomasia para San Juan.

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Luis Javier en la presentación de la exhibe pictórica que hice en Segovia, con motivo del centenario de Juan de la Cruz, no habló de otra cosa que de esa visita. En otra ocasión, que no olvido de manera fácil, acompañé al poeta argentino Héctor Ciocchini al santuario de Juan de la Cruz en Segovia.

No les preocupa que muera. Teresa de Jesús redacta a Felipe II, suplicando su intervención.

• No les preocupa que muera.
• Ello provocó oposición contra él.

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En 1579, fue nombrado superior del instituto de Baeza y, en 1581, fue elegido superior de Los Mártires, en las cercanías de Granada. Aunque era el fundador y jefe espiritual de los carmelitas descalzos, en esa época participó poco en las negociaciones y sucesos que culminaron con el establecimiento de la provincia separada de Los Descalzos, en 1580.

En 1567conoció en Medina del Campo a Teresa de Cepeda y Ahumada, futura santa Teresa de Jesús, que había llegado a la ciudad para fundar una nueva sede de su «Reforma carmelita», los llamados carmelitas descalzos. Teresa persuade a Juan y lo une a su causa de reforma de su orden, que tropezó con una enorme hostilidad por parte de los carmelitas calzados. Tras tres meses de sufrimientos muy agudos, el santurrón murió el 14 de diciembre de 1591. La innovación produjo grave descontento, más que nada entre las religiosas. La venerable Ana de Jesús, que era entonces superiora del convento de Madrid, consiguió de la Santa Sede un breve de confirmación de las constituciones, sin preguntar el tema con el vicario general. Por último, se llegó a un compromiso en ese asunto. Sin embargo, en el capítulo general de Pentecostés de 1591, San Juan charló en defensa del P.

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