Paso a paso sobre Monasterio De Santa María De Huerta

monasterio de santa maría de huerta

Los ventanales de este refectorio son fáciles y muy abocinados, con perfil de medio punto. Tanto las cúpulas como las propias de columnas dan a la salón una sensación de reciedumbre y belleza difícil de argumentar.

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Refectorio De Los Conversos

Hablamos de viejas dependencias nobles del Monasterio el día de hoy transformada en Hospedería y tiene puerta y ventanales clasicistas. Tiene una fisonomía muy frecuente basada en 2 círculos concéntricos unidos por columnas y en el intradós del círculo exterior se detallan arcos de medio punto que cobijan trilóbulos y rombos en las enjutas. De nuevo, se aprecian similitudes con el rosetón del hastial norte de la catedral de Cuenca. De la cabecera sobresale singularmente el ábside principal con enormes arcuaciones semicirculares ciegas en cuyos paños rehundidos se abren ventanales. Los canecillos de la cabecera y transepto son todos de finos rollos en degradación. Este fundamento de antiguo origen califal se dará en varias iglesias sorianas (por poner un ejemplo Almazán) y alcarreñas. Por arriba, hay un frontón triangular con la imagen de La Virgen y dos columnas jónicas en los extremos.

Que no se crean que los suelos románicos se mantienen impolutos por la felicidad de Dios o de Roomba, sino por las horas que echan al palo de la escoba. O con el azadón, donde se maneja como absolutamente nadie José Ignacio, con 70 años y maestro de los recién llegados. Dos vocaciones tiene a su cargo, un novicio de 42 y un postulante de 35.

Monasterio Cisterciense De Santa María De Huerta

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El monasterio cisterciense tiene una hospedería con una veintena de camas. Hay un total de 17 habitaciones, tres de dobles si bien la mayoría de las particulares se pueden amoldar. Todas y cada una tienen baño propio, según comunica la página web del monasterio. El silencio que se respira en el monasterio de Santa María de Huerta suena en este momento atronador en la distancia. “Si fuera necesario aquí están”, afirma el abad, Isidoro María Anguita. De esta manera se mantiene el monasterio hasta la exclaustración de 1835, que va a llevar al abandono y ruina del monasterio, hasta 1930 en el momento en que se recuperará la comunidad de monjes cistercienses que se mantiene hasta la actualidad. La elección por la parte del monarca del lugar de Cántavos obedecía mas a un motivo estratégico, ya que este se encontraba cerca de Almazán, población fronteriza, por lo que tener un monasterio en esta región, reforzaba sus intereses políticos.

La chimenea de la cocina es especialmente atrayente, sobre todo pues es un espacio que en otros monasterios no es visitable. El tiro es largo y tiene una cubierta a fin de que, si llovizna, no se apague el fuego. Claustro del monasterio de Santa María de Huerta.Explicar a los chicos inmuebles de este tipo y hacer que gocen no es tarea fácil, pero siempre y en todo momento hay que intentar hacérselos atractivos. En un caso así, el polo de atracción fue el refectorio, una sala preciosa, extendida, donde comían los frailes y con un púlpito desde el que uno de ellos leía libros sagrados mientras que los demás tomaban sus alimentos.

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La fachada de la iglesia del Monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, se encuentra perpendicular a esta y se encuentra relativamente tapada por el monasterio, en tanto que se hizo con posterioridad. Tras escoger la ubicación perfecta, el rey Alfonso VIII puso la primera piedra del Monasterio de Santa María de la Huerta en 1179. Y gracias a su protección y a las donaciones, a inicios del siglo XIII, se termina la obra. Carlos I y Felipe II se encargan de reformarlo y agrandarlo en el siglo XVI. En un terreno fértil de la provincia de Soria, al lado del río Jalón, hubo una pequeña aldea llamada Huerta en la que se instalaron los frailes del cister en 1162. Allí crearon el Monasterio de Santa María de Huerta dejándonos este fantástico monumento que manifiesta la sobria espiritualidad de quienes lo habitan. La primitiva comunidad cisterciense se instaló en 1162 en un pobre edificio en la vega de Huerta y es en 1179 cuando el rey Alfonso VIII pone formalmente la primera piedra de la abadía.

Los capiteles de las columnas detallan decoración esculpido en bajo relieve, que aunque se reitera que asociarlo a lo mudéjar, más bien nos recuerda a motivos prerrománicos. Al este del claustro herreriano estamos con la cilla o almacén del monasterio. Es una estancia rectangular románica que ha sido modificada en bastantes aspectos. Por servirnos de un ejemplo, el suelo está recrecido con respeto al original y el largo de la estancia fue achicado para comunicar a través de un pasillo los dos claustros.

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