Pequeño Informe con Datos sobre Oracion Al Espiritu Santo Catolica
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oracion al espiritu santo catolica
Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame. Y en relación corresponde al plan eterno Padre Dios revélame tus deseos. Dame a comprender lo que el Amor eterno desea en mí. Dame a conocer lo que debo realizar. Dame a saber lo que debo sufrir.
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El Cristo Yacente, De Gregorio Fernández, En La Catedral De Segovia
¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Muy pura del Hijo, Mujer amadísima del Espíritu Santurrón! te amo y te ofrezco mi ser para que lo bendigas. Espíritu Santo, que habitas en mi alma, transfórmala y hazla toda tuya.
Pero, cuando empezamos en la página uno de la Biblia, antes de que la creación siquiera comenzara, observamos una representación del espíritu de Dios flotando sobre las oscuras y desordenadas aguas de la tierra, listo para empezar a esparcir la bondad y la creación. La Oración al Espíritu Santo nos permite ser el instrumento especial de nuestro padre celestial y espantar los pésimos pensamientos, tentaciones, temores y tristezas. Espíritu de unión, hace más fuerte nuestra comunión con los demás cristianos a fin de que activamente colaboremos con todos y contigo en transformar la Iglesia, según necesita el planeta actual. Espíritu que ora desde nuestro interior, enséñanos a acudir al Padre con la seguridad de un hijo, y auméntanos la amistad con Jesús, nuestro hermano. Espíritu del testimonio, danos valentía, para ser testigos de Jesús resucitado, sin cobardías, y para dar razón de nuestra fe, con nuestras buenas obras y palabras.
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Somos santuarios del Espíritu Santo, se nos comunica al parecer, no nos enteramos. Y de esto debe deducirse nuestra dignidad de hijos de Dios, el respeto a nuestro cuerpo y al cuerpo de los demás, el valor inmenso de saber que no nos encontramos solos. También la palabra Paráclito se refiere al Abogado, el que nos protege ante los tribunales. Es quien puede rogar e interceder por nosotros. Quien nos protege en la lucha contra el enemigo; quien nos inspira y nos enseña en el sendero de la vida interior. El invocar a menudo al Espíritu Beato es prenda segura de acierto en las ocasiones variadas de nuestra vida.
Dentro de tus llagas, escóndeme. No dejes que me además de Ti. Del malvado enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame proceder a ti. Para que con tus santos te alabe.
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Por último, que con el Don de Miedo de Dios, tenga el más grande respeto y veneración a los mandamientos divinos, cuidando con creciente delicadez de no quebrantarlos lo más mínimo. Que, con el Don de Piedad, os ame como a Padre, os ayuda con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo. Que sepa con el Don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, entre lo falso y lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado. Que, con el Don de Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme. Que acierte con el Don de Entendimiento, a ver con fe viva la trascendencia y hermosura de la realidad cristiana.
El Espíritu, que se expresa en los distintos oficios de la iglesia, funda de todas formas la autoridad de los oficios eclesiásticos. La imposición de manos, como signo de la transferencia del Espíritu Santurrón de un individuo a otra, es un ritual característico que representa claramente y garantiza la continuidad de la acción del Espíritu en los titulares elegidos por los Apóstoles. El Espíritu es una persona y no solo una fuerza.
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