Soluciones para Santa Maria De Huerta Monasterio Paso a paso

santa maria de huerta monasterio

Existen varios individuos relevantes ligados especialmente a las primeras décadas de vida de este monasterio, como son el rey Alfonso VIII de Castilla, el abad San Martín de Hinojosa y el arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada.

• Sus origenes datan del siglo XII, época en la que una comunidad de frailes de la Orden del Císter se establece en Cántavos, actual concejo de Fuentelmonge, situado a unos 15 km de Huerta.
• Este fundamento de viejo origen califal se va a dar en varias iglesias sorianas (por servirnos de un ejemplo Almazán) y alcarreñas.
• Dos vocaciones tiene a su cargo, un novicio de 42 y un postulante de 35.

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¿Dónde Está Santa María De La Huerta?

La primitiva comunidad cisterciense se instaló en 1162 en un pobre edificio en la vega de Huerta y es en 1179 en el momento en que el rey Alfonso VIII coloca formalmente la primera piedra de la abadía. San Martín de Finojosa logró próximamente editar este sencillo albergue en un suntuoso edificio.

Este espacio, hoy en día, continua cumpliendo función de Hospedería. En consecuencia se cree que tanto la cilla como el refectorio de los conversos son los espacios más antiguos de la construcción. El refectorio posee una planta cuadrado y está dividido en dos naves por una fila de columnas.

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Visitar el Monasterio de Santa María de Huerta es una parada simple en el sendero entre La capital de españa y Zaragoza. No hay ni que desviarse, puesto que la propia Abadía se puede observar desde el autovía en el momento en que pasamos por estas tierras sorianas del valle del alto Jalón. Y lo que pudiera ser un simple descanso en el camino, puede ofrecerte el aliciente cultural de comprender un monumento histórico cargado de encanto y espiritualidad. Pasmante , una visita obligatoria, , su mueso, el comedor la cocina todo es muy bonito , el claustro, la fantástica iglesia, y el valor de la entrada es realmente razonable. Les recordamos la película El nombre de la rosa, que vimos con , y les hicimos imaginar de qué forma sería una de esas comidas. Desde el refectorio, un ventanuco hace de pasaplatos con la cocina, anexa.

Unas instalaciones cerradas en este momento a cal y canto “ahora antes de que se decretase el estado de alarma. Por prudencia decidimos cerrarla por el hecho de que se veía venir”, apunta el encargado de la red social, alterada en parte por la situación que ha generado la pandemia. Al igual que el resto de santuarios, el de Huerta está cerrado al culto y al turismo, así como estableció la Diócesis de Osma Soria. La medida se adopta en previsión de que se puedan necesitar camas al margen de las que ya están en los centros hospitalarios. “Nos han comunicado que tienen la posibilidad de necesitarse camas y que se estaban pidiendo a diferentes instituciones”, apunta el prior, adelante de una red social de frailes de la orden del cister, entre los que asimismo hay jubilados. El Monasterio Cisterciense de Santa María de Huerta, ubicado en la villa del mismo nombre, fue construido entre los siglos XII y XVI y su fundación se debe al rey Alfonso VII, en cumplimiento de una promesa que logró en el cerco de Coria.

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Alrededor del claustro estaban las principales dependencias del monasterio. Por servirnos de un ejemplo, en lo poco que se guarda de la Sala Capitular se exhibe una maqueta de una bóveda sexpartita que cubría el refectorio. En donde en su día estuvo el Calefactorum, en 1600 se edificó la Escalera Real, que daba acceso al piso superior renacentista. La visita empieza atravesando una monumental portada que cierra el recinto y da a un patio en el que se admira el rosetón gótico que ilumina la nave central de la iglesia, sobre su nártex o pórtico de entrada. A mano izquierda está la entrada a través de una pequeña tienda con libros y elementos relacionados con la Orden.

El tiro es largo y tiene una cubierta a fin de que, si llueve, no se apague el fuego. Claustro del monasterio de Santa María de Huerta.Explicar a los chicos edificios de este género y hacer que gocen no es tarea fácil, pero siempre hay que intentar hacérselos atractivos. En un caso así, el polo de atracción fue el refectorio, una sala preciosa, larga, donde comían los frailes y con un púlpito desde el que uno leía libros sagrados mientras los demás tomaban sus alimentos. En nuestra ida a Barcelona hace unos años, antes del coronavirus, nos paramos en Santa María de Huerta, que está al lado de la autovía A-2, en el km 177 (a medio camino entre Madrid y Zaragoza, muy cerca, también, de Soria capital). El pueblecito es pequeño, no tiene gran cosa; de hecho nos costó localizar un bar en el que tomar un café; en el final entramos en el que está justo enfrente del monasterio, el único edificio atrayente y que sin lugar a dudas merece una visita. Está compuesto por 2 pisos de arcos de medio punto separados por pilastras. En el centro se sitúan las esculturas de San Martín de Finojosa y Rodrigo Jiménez de Rada.

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